sábado, 3 de septiembre de 2011

DATOS DE INFORMACIÓN DE LA ONDA ESPACIAL IMAGE POR EL MUNDO.ES

El choque del viento solar con la atmósfera altera las redes de comunicación en la Tierra
EFE


Reproducción de una tormenta eléctrica. (AP)
WASHINGTON (EEUU).- El choque del viento solar con el escudo protector de la atmósfera constituye la principal causa de las enormes tormentas eléctricas que alteran el funcionamiento de las redes de electricidad y de las comunicaciones radiofónicas y de satélite en la Tierra, según ha confirmado la NASA.

La confirmación de ese efecto se logró a través del estudio de datos suministrados por la sonda espacial IMAGE -un acrónimo del Imager for Magnetopause to Aurora Global Exploration-, que observa el desarrollo de las tormentas solares que llegan hasta nuestro planeta desde que fuera lanzada hace dos años. Fuentes de la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, en inglés) indicaron que desde hace mucho tiempo se conocía el efecto de esos vientos solares en su encuentro con la atmósfera, el cual queda ilustrado por la aparición de las misteriosas luces de la Aurora Boreal.
Pero IMAGE ha permitido presenciar ahora esas tormentas desde el otro extremo, y el resultado ha sido mucho más fuerte de lo que se había esperado, según dijeron científicos de la NASA.
Los datos de IMAGE convertidos en imágenes a través de la informática muestran gases incandescentes llamados plasma, que surgen del Sol y se estrellan contra la superficie externa de la atmósfera. Gran parte de esos gases rebotan con la capa protectora de la atmósfera, pero parte de ellos provocan una reacción.
Torrentes de oxígeno
"Esas explosiones muestran masas de hidrógeno y oxígeno que surgen de la atmósfera terrestre", manifestó Stephen Fuselier, director del Laboratorio de Física Espacial del Centro de Tecnología Avanzada Lockheed-Martin, en Palo Alto (California, EEUU). Según el científico, se trata de un torrente de átomos de oxígeno equivalentes a unas 100 toneladas del gas que son lanzadas al espacio. Fuselier aclaró que la pérdida de oxígeno no constituye un peligro para el equilibrio atmosférico del planeta. "Parecería demasiado, pero en realidad la atmósfera terrestre es muchísimo más que eso. Ni siquiera con miles de millones de años de tormentas se podría agotar la atmósfera terrestre", expresó.
Según los datos transmitidos por IMAGE, gran parte de ese oxígeno cargado vuelve a la atmósfera y el resto es arrastrado por el viento solar. Ese oxígeno "ha ganado 100.000 veces la energía que tenía cuando abandonó la atmósfera y está muy reforzado", expresó el científico.
Fuselier agregó que cuando ese oxígeno vuelve a chocar con la atmósfera se generan corrientes y torbellinos, cuyos resultados inciden directamente en la vida de los habitantes de nuestro planeta.
Las tormentas han alterado las operaciones de redes completas de suministro eléctrico, y de señales radiofónicas y de satélite, incluyendo la tecnología de posicionamiento global (GPS), utilizada por los buques en todos los océanos, los exploradores y las fuerzas armadas.

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